La vida de un menor tutelado forma un universo paralelo al universo común de la mayoría. Por qué entran en un centro, qué organismo se encarga de valorar su situación y en base a qué situaciones, cómo aceptan la realidad que les ha tocado vivir, cómo les influye el mundo exterior, qué piensan de él personas ajenas a su entorno diario (la sociedad) y por qué han de madurar antes de lo normal, son las circunstancias que analizaremos con el debido respeto.
Las personas que les acompañan a lo largo de su estancia en su etapa tutelar (tutores, amigos, profesores) son las que más influyen en cómo podrán ser esos menores en su vida diaria, en sus estudios, de cara a su futuro, etc. Cada organismo cuenta con un proyecto distinto de cara a su educación, algunos con un alto porcentaje de efectividad y otros con un porcentaje menor.
Las circunstancias familiares y la postura de los padres de cara a sus problemas son, habitualmente, escollos donde los menores se ven anclados. Por una parte, los padres ni aceptan sus problemas, ni dejan que el menor los acepte; y por otra, la Comunidad o los organismos se encuentran en una disyuntiva a la hora de enderezar las relaciones que se les plantean; la del menor con su padre; la de los padres con los respectivos organismos y la del menor con estos últimos.
Por último, el hecho de que la sociedad desconozca este mundo causa arduos problemas de cara al menor a la hora de integrarse en ella; en parte, ello es debido a la postura que ésta tiene de los menores, de los educadores y del desconocimiento hacia el funcionamiento de los centros; otra parte viene de cara a los menores, que se refugian en sus problemas o en los centros y desechan el trato con el exterior. Esto y otros aspectos más nos lleva a entrevistar a menores destutelados y a recoger sus testimonios.